He escrito quizá demasiado sobre desencuentros y despedidas; hoy podría escribir —como lo hizo Neruda— los versos más tristes, pero me declaro incapaz de hacer eso y tantas otras cosas. Hacer feliz a una persona que —erróneamente— decidió creer en mí, no es una de mis cualidades. Lamento haberle hecho perder el tiempo y lamento tener que lastimarla. No es sencillo para mí alejarme de todos esos sucesos gratos y terminar para siempre algo que disfruté demasiado. Lo sufrí también, no podré negarlo, pero eso ya lo he olvidado. Sólo recuerdo momentos donde la carne se hizo una o donde las risas eran espontáneas y era posible creer que el amor sí puede ser exagerado.
Publicaré continuación un poema que no teme parecer insustancial y falto de retórica, ya es bien conocida mi poca habilidad con la poesía. Lo publico con el único afán de recordar a quién compartió conmigo parte de su vida.
Recuerdo tu nombre,
Y me resulta caro,
Como esos poemas rojos
Alma y guerra en mi pecho.
Recuerdo tu nombre
y grito mis llantos
para que escuches
este cariño extraño
olvido tu nombre
y lo suspiro
comienzo a extrañar
y no me conozco
solo conozco tu nombre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
pues quizá no había porque decir adios...
ResponderEliminarMmm qué raro es verte tan sensible, al menos para mí.
ResponderEliminarPor cierto, creo que comparto la opinión de la señorita de arriba ;-)
ola!!!
ResponderEliminarrecuerdo tu nombre... aun recuerdo cuando me lo escibiste y me gusto tanto!!!
Lamento que ya no sientas nada por mi, quizá es lo mejor para ti, quizá así estas mejor.Que te puedo decir de mi, te extraño tanto mi vida!!!. Tu estas dentro y fuera de mi, exraño tus brazos, tus manos, tu alma. Sé que no puedo hacer nada. me conformaré con saber que aun te puedo ver y sentir dentro de mi. TE AMO. ADIOS
speechless
ResponderEliminarlo sentí como si yo misma lo hubiera escrito