Hoy que estoy dándole duro a la escritura se me antojó publicar algo de lo que he escrito. No son tan buenos poemas, pero como diría mi psicólogo es lo que hay y deberán conformarse por el momento con estas letras trastabillantes.
Te irás de nuevo
a Z. D.
Hoy y mañana recordaré que fuiste
compañera en los números y en las letras,
consejo para el extraviado,
y enemiga de mi soledad.
Caminamos algún tiempo hombro a hombro,
nos distanciamos en caminos paralelos,
nos visitamos en el recuerdo,
nos recordamos sin piedad.
Pero te irás.
Y nos despediremos.
Y ocultaré el rostro detrás de una cortina de humedad.
Salve
a S. C.
Entre tu vientre y el cielo
dos sueños de arena
ocultan multitudes.
Guardamos ahí mismo
un altar de piel
arrepentido de sus plegarias.
Con sonidos sordos
dábamos un respiro
agotábamos al dios.
Entre tu vientre y el cielo
no hay libertad
que nos salve.
domingo, 2 de mayo de 2010
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